Desde abril del año pasado, empezamos a brindar un taller semanal de yoga para los niños y niñas de entre 3 y 5 años que participan del Programa "Casa del Niño". Un espacio para conectar con el cuerpo y las emociones.
El taller comienza con los niños del salón Nuestra Señora de los Ángeles, los más pequeños del Programa de Desarrollo Infantil Casa del Niño. Descalzos y en ronda, escuchan una canción que repite “¡Estoy vivo!”. Algunos se sacuden como perritos y sacan la lengua, otros están acostados y se van parando despacio, contagiados por los demás.
Victoria Malagueño, instructora de yoga, pregunta: “¿Quién quiere decirle ‘Hola al sol’?“. Los chicos gritan “Yo” y se paran con los pies juntos y los brazos estirados. “Firmes como una montaña”, dice la canción. El saludo al sol les propone llevar las manos al corazón y, después, transformarse en perros o cobras. ¡Las más chiquitas se arrastran como viboritas!
Después, los chicos arman la postura del guerrero, doblando las piernas y estirando los brazos. Con mucha concentración fruncen el ceño y se miran entre ellos. Algunos se tientan de risa y otros dicen “Somos valientes y fuertes”. El saludo termina en aplausos.
El espacio de yoga surgió a partir de la propuesta de Norma Alba, referente de la sala, a partir del trabajo cotidiano con los niños y sus familias. Surgió con la idea de ayudar a los chicos a concentrarse, ponerle palabra a los enojos, empezar a descubrir sus cuerpos y tratarlos con cuidado.
- Victoria Malagueño, instructora de yoga
El objetivo del espacio es que los chicos disfruten y puedan conectarse con sus cuerpos y emociones. Poder conocerse, expresarse y moverse con libertad y, también, ir reconociendo límites y pautas. El yoga les permite ir encontrando modos de moverse, de tratarse con amabilidad a sí mismos y a otros. Es un facilitador para que puedan registrar cómo se sienten y escucharse.
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